Se inició el debate que tiene a Hugo Orlando “El Ninja” Hidalgo como imputado por el femicidio de Maruja Pérez Chacón (50) y de su hija, Shirley Cielo Barrientos (15), ambas de nacionalidad peruana, quienes fueron asesinadas en 2017 en Punta Lara.

De acuerdo a las constancias de autos, madre e hija desaparecieron el 28 de enero de 2017 y sus cuerpos fueron encontrados una semana después enterrados en el patio de la casa de Hidalgo, ubicada sobre la avenida costanera Almirante Brown, en la localidad de Punta Lara. El presunto femicida, quien tenía una relación con las víctimas, fue capturado tiempo después en Misiones, ya que se mantuvo prófugo luego del hecho. En el proceso participan la jueza Cecilia Sanucci, del Tribunal Oral I de La Plata, la fiscal Leila Aguilar y el abogado Eduardo Montané, en representación de los familiares de las víctimas. En tanto, el doctor Lucas Blanco es el defensor del sospechoso, que asegura ser inocente y que puede probar, con testimonios y chats, quienes fueron los responsables del doble asesinato. Se trataría, según la versión defensista, de allegados del acusado, aunque por el momento la fiscalía de cargo no habría receptado esa hipótesis.

A más de una década del homicidio de Juan Farías, el caso continúa impune Precisamente, Hidalgo fue uno de los que ayer declaró antes los jurados y abonó esa teoría. También declararon un amigo de las víctimas y un jefe de Policía Científica.

La fiscal Aguilar intentará probar que Hidalgo cometió “uno de los hechos más graves que existen en el Código Penal, quien utilizó un arma blanca, tipo cuchillo o otro elemento con filo, atacó a Maruja Chacón Pérez, que se encontraba con su hija de 15 años”. La funcionaria aclaró que el femicida le dio “cuatro puñaladas en el cuello y el resto en la zona alta de la espalda”, y que la lesión que le provocó la muerte fue la que impactó en la médula ósea. “Esto nos permite sostener que el crimen fue con ensañamiento. A la víctima le causó un dolor extremo”, añadió. En cuanto a la hija de Maruja, la fiscal determinó que la muerte se produjo una vez enterrada. “Hidalgo le causó un golpe en la cabeza, que la colocó en un estado de inconsciencia que no pudo defenderse y la apuñaló en el cuello 10 veces. Después, se encargó de cubrirla con una sábana, le colocó una bolsa en la cabeza y le ató las piernas. Cielo termina muriendo por asfixia por sofocación y fue enterrada viva”, sostuvo.